❄️ Cómo meterse en un tina de hielo (y salir más fuerte)
El inicio duele.
Te corta la respiración.
Todo tu cuerpo grita: “¡sal de ahí!”.
Pero si te quedas, si aprendes a respirar y a soltar el control, algo cambia.
Te adaptas. Te fortaleces.
Reinventarse se siente así. 🌪️
A veces por elección, otras porque la vida te empuja.
Estás cómodo, calientito, haciendo lo que sabes hacer…
hasta que ese mundo deja de inspirarte, o deja de tener espacio para ti.
Y ahí empieza el proceso.
Uno que requiere aprendizaje, ganas y resiliencia.
Y, sobre todo, preparación.
Porque, igual que con el hielo, hay que entrenar la respiración.
Hay que rodearte de la gente adecuada.
Y aceptar que vas a fallar más de una vez.
Aun así, por más que te prepares, llega un punto en el que no hay simulacro posible.
Solo te queda zambullirte.
Entrar. Sentir el impacto. 💥
Y confiar en que los siguientes pasos irán llegando.
Reinventarse duele. Pero también despierta.
Te obliga a conocerte, a redefinir tus límites y a volver a elegir desde un lugar más consciente.
Si estás en ese punto donde el agua parece helada… respira.
El frío pasa.
Y lo que viene después, vale la pena. 🌱
💫 No esperes a sentirte lista. Métete igual.