🌱 Lo que tuve que desaprender para poder avanzar
Hace unos años trabajaba en una gran corporación.
Sabía moverme en ese entorno: presentaciones impecables, procesos claros, equipos grandes y presupuestos definidos.
Era un mundo conocido, con estructuras sólidas y resultados medibles.
Y, de pronto, decidí emprender.
Lo que no sabía era todo lo que iba a tener que desaprender en el camino.
💡 Desaprender cómo entendía la delegación.
En el mundo corporativo, delegar puede ser sencillo: hay roles definidos, procesos claros y equipos entrenados.
Emprendiendo, delegar es enseñar, confiar y soltar sin garantías.
💡 Desaprender que las decisiones se toman siempre en equipo, con tiempo y validaciones.
Ahora muchas veces decido sola, rápido, y con la incertidumbre como compañera de ruta.
💡 Desaprender que equivocarse no tiene espacio.
En la empresa había redes, protocolos y expertos alrededor.
Emprendiendo, equivocarse es parte del proceso… pero no por eso duele menos.
💡 Desaprender que pedir ayuda es señal de debilidad.
En el emprendimiento, buscar apoyo es parte del camino.
Decir “no sé” no te resta autoridad. Te hace más real.
Todo eso fue un golpe de humildad.
Y también, una enorme oportunidad de crecimiento.
El mundo corporativo te da muchas herramientas, pero hay cosas que se juegan distinto cuando emprendes.
Hay menos estructura, más riesgo… pero también más libertad, propósito y aprendizaje real.
Transitar del mundo corporativo al emprendedor no es sencillo.
Requiere coraje, humildad y una buena dosis de desaprendizaje. 🌿
Pero no tienes que hacerlo sola.
🧡 Acompaño a mujeres y líderes que, como yo, están construyendo su segunda mitad profesional con estrategia, autenticidad y foco.
Para que su experiencia se transforme en un proyecto que las refleje de verdad.