🌿 Redefiniendo el éxito
Hay momentos en los que la vida te obliga a pausar.
No porque quieras, sino porque no te queda otra opción.
En mi caso, fue la enfermedad de mi madre.
De pronto, todo lo que hasta entonces me parecía urgente —las reuniones, los proyectos, los logros— perdió el sentido.
Y me encontré frente a una pregunta que nunca había tenido tiempo de hacerme:
¿Qué significa realmente tener éxito?
Durante años lo había medido en crecimiento, en reconocimiento, en resultados.
Había vivido acelerada, convencida de que el siguiente logro me daría esa satisfacción que siempre parecía un poco más allá.
Pero cuando la vida se detiene, tú también lo haces.
Y en ese silencio incómodo empiezas a mirar distinto.
Empecé a entender que el éxito no tiene que ver con cuánto haces, sino con cómo te sientes con lo que haces.
Que a veces crecer no es subir, sino afinar.
Ajustar, soltar, priorizar.
Hoy, el éxito para mí es poder levantarme motivada, hacer algo que me inspira, elegir con quién trabajo, desde dónde lo hago, y cuidar mi salud —física y mental— como parte esencial del trabajo, no como un premio aparte.
Sigo siendo ambiciosa, pero ya no corro.
Ahora avanzo.
Y disfruto del camino.
Si estás en ese punto donde la vida te pide una pausa, no la resistas.
Quizás sea la invitación más sabia que vas a recibir.