¿Qué queda cuando ya no llevas galones? 🤔
¿Qué queda cuando ya no llevas galones? 🤔
Cuando ya no tienes una tarjeta con tu nombre impreso bajo un cargo.
Cuando nadie te presenta como “la gerente de…”.
Cuando los correos urgentes desaparecen, y la rutina que te definía se disuelve.
Hace unos años estaba en ese lugar.
En una gran empresa, con equipos, responsabilidades y una estructura que me daba seguridad.
Y, de pronto, un día ya no.
Hoy estoy a casi 10.000 kilómetros de donde estaba entonces.
No solo en distancia, sino en estilo de vida, en prioridades, en versión de mí. 🌎
👉 Ya no sigo un camino, sigo el mío.
👉 Ya no dirijo un equipo, pero lidero mi vida.
👉 Nadie me evalúa, pero sigo exigiéndome lo mejor.
Y puede que un día —quizás antes de los 50, ojalá después—
ya no tengas el mega cargo ni el título rimbombante.
Pero tendrás otras cosas… para mí, mucho más valiosas:
🌱 Los momentos duros que te hicieron más fuerte.
🌱 Las consecuencias de haber elegido lo correcto por encima de lo fácil.
🌱 El respeto de la persona que decidiste proteger (incluso si eras tú).
🌱 Todos los errores que te enseñaron cómo no volver a caerte igual.
🌱 Los amigos que decidiste priorizar, aunque no eran “estratégicos”.
🌱 Lo que ganaste cada vez que dijiste NO, incluso temblando.
🌱 La paz con tus decisiones, aunque no siempre hayan sido populares.
En algún momento, los galones se van.
Los títulos caducan.
Y las credenciales pesan menos que la tranquilidad con la que duermes.
La pregunta es: ¿con qué quieres quedarte?
📝 Ojalá pudiera enviarle este mensaje a la Sandra ejecutiva que creía que ese estado iba a durar para siempre.
La que pensaba que el cargo la definía.
La que aún no sabía que, a veces, soltar los galones es el primer paso para encontrarte de verdad. 💛